
OPINION
Por: Carlos Daniel Conde Ramírez./Agencia Costa Sur.
Chiapas. Marzo del 2012. La Constitución Política de México ha recibido tantas modificaciones que podríamos decir que ha perdido el verdadero espíritu social con el que fue promulgada haya por el año de 1824, en materia agraria, el hecho de que hoy los ejidos puedan formar parte de propiedades individuales, rompiendo con el esquema social que los amalgamaba para trabajar la tierra, para defenderla y para luchar por derechos en la explotación de subsuelo y aguas, contribuyó al debilitamiento de esa base social y a la privatización de grandes extensiones de tierras de cultivo, mismos que ayer fueron graneros de producción y que hoy, son edificaciones al ego de los burgueses, y todavía nos preguntamos porque estamos perdiendo la batalla en la producción de semillas y granos en el país, al grado que ya no producimos lo suficiente ni para el consumo interno.
Ahora bien el día 28 de marzo del 2012, quedará marcado en la historia de México como el día en que se iniciaron de nueva cuenta los conflictos interreligiosos y la intervención de los mismos en la formación de futuras generaciones y porque no pensarlo de futuros gobernantes fundamentados en principios doctrinarios religiosos más que cívicos.
Lo anterior debido a que se ha reformado el artículo 24 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, el cual abre la puerta para que el clero y asociaciones religiosas puedan practicar y ejercer culto en escuelas y no exclusivamente escuelas privadas, el otro aspecto es que podrán oficiar actos religiosos fuera de las iglesias y templos destinados para ello, es decir que ahora si valdrán las bodas en las playas y centros turísticos que organizan artistas y políticos excéntricos, lo anterior es una flexibilización de las leyes que fortalecían el carácter laico del Estado Mexicano.
Es importante regular bien el sentido de esta modificación, ya que como es sabido en la actualidad existe una competencia por distintos grupos religiosos por sumar fieles o convertirlos a la doctrina que practiquen, lo anterior puede generar una lucha que acompañada por el poder económico de algunas religiones, se polaricen los principios doctrinarios y se mercantilice también la fe, más de lo que a la fecha se ha realizado.
De verdad que es contradictorio lo que se legisla, lo que se práctica y lo que se cree, en el aspecto educativo se está promoviendo la desaparición o reducción de matriculas de licenciaturas que corresponden al área de sociales y humanidades, argumentando que lo que ya no se necesita en el país son filósofos, letrados, historiadores, ya que no producen lo que el país requiere en materia de tecnología y servicios, es decir se busca reducir a los libre pensadores y cuestionadores del status qua del país que propongan las modificaciones sociales y estructurales del país, por el otro lado fortalecen las prácticas doctrinarias religiosas, que en su climax de poder y luchas generaron el pasaje histórico de la lucha cristera.
No dudamos que en la actualidad el país necesita edificarse con principios de amor a la patria, de respeto a su semejante, de respeto a las instituciones y de un alto sentido de responsabilidad cívica pero esta debe alcanzarse siguiendo el ejemplo de hombres como Francisco I. Madero, Belisario Domínguez, Emiliano Zapata, Benito Pablo Juárez García, entre tantos valientes que de no haber sido borrados o reducidos en sus principios en los pasajes de la historia de los libros de texto, muy seguramente hoy en las aulas educativas algún niño estaría imaginándose la defensa de estos valores y formándose un ciudadano responsable, honorable y verdadero por construir una patria diferente.
Esta modificación y el agregado de estado “laico” al articulo 40 la misma Constitución Política, aprobada por el Senado de la República, jurídicamente ya es un contradictorio, que en sin duda en sus interpretaciones en el futuro, político, social y legal tendrá trascendencia, pero es importante no tener “amnesia selectiva” y recordar el día, el mes y el año, en que se ha relegado los logros obtenidos por el Benemérito de las Américas, que habían mantenido en su justa dimensión “dar al cesar lo que es de cesar y a dios lo que es de dios”. Así sea. Carlos Daniel Conde Ramírez/Analista/Agencia Costa Sur.
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