Dorian Scott Vázquez/ ACOSUR. Foto collage: Ray Grajales.
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(FOTO Collage: Raymundo Grajales ) |
Tapachula, Chiapas. 04 de octubre. Este domingo 4 de octubre, se cumplen 10 años de una de las tragedias más importantes y lamentables que han padecido los chiapanecos, principalmente en las regiones Costa y Soconusco, en dónde por lo menos 41 municipios sufrieron el embate del devastador Huracán Stan.
Aun está presente en la memoria de miles de familias el pasado oscuro que vivieron cuándo los ríos se desbordaron de sus caudales por las lluvias continuas que se vivieron por el meteoro.
Juan, padre de familia de 2 menores de edad en ese entonces y ex habitante de la colonia Las Américas del municipio de Tapachula comentó parte de sus recuerdos para ACOSUR.
¿Qué significado tiene para usted el Huracán Stan?.
Cosas inesperadas y desagradables debido a todos los destrozos que causó en nuestra comunidad, principalmente por la perdida de seres humanos,
¿Qué recuerdas de aquellos momentos?.
Recuerdo demasiada lluvia, gente corriendo desesperada, llantos, gritos y voces desgarradores de vecinos que trataban de salvar sus pertenencias.
¿Qué perdidas tuviste en el fenómeno?
Principalmente fueron perdidas materiales, mi casa se la llevó el río, mis documentos, mi patrimonio.
¿Cómo fue la crecida del río Coatán, la recuerda?
Alrededor de las 7 de la mañana de aquel 4 de octubre de 2005, comenzó a aumentar la lluvia y el río empezó a crecer de manera alarmante, su caudal fue voraz, arrastrando lodo, piedras, maderas y en menos de 15 minutos el agua inundo las casas y comenzó la destrucción.
El entrevistado, mecánico de profesión, comentó que buscaron salvar las pocas cosas que pudieron y sin embargo la vivienda no la pudieron salvar y el río la devoró estrepitosamente.
"Hoy a diez años de ese suceso agradezco a Dios de haber salido con vida por que fueron muchas las personas que murieron ahogadas y arrastradas por la corriente monstruosa", sin embargo y a pesar de haber perdido todo lo material, sus esperanzas se mantienen vivas a pesar del recuerdo amargo de aquella mañana del 4 de octubre.
Esta es una de las miles de historias que se vivieron aquella fatídica mañana cuando el río Coatán cobró la factura a cientos de casas asentadas en el margen de su caudal, cobró vidas que no esperaban que el río se transformará en una maquina destructora.
Hoy esas familias aun están a la espera de poder contar con la certeza jurídica de las casas que en apoyo entregó el gobierno y que desde el sexenio de Pablo Salazar aun no han sido entregadas en su totalidad las escrituras de las viviendas, las cuales fueron entregadas a medias, con carencia de servicios básicos.
Las cifras de muertos oficiales fueron mínimas comparadas con las voces de testigos presenciales que señalan lo contrario, familias enteras fueron enterradas, mujeres, niños y hombres adultos que por salvar lo poco que tenían perdieron la vida. ACOSUR.
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