*Cuidar y garantizar las elecciones y velar que se den en un contexto de paz, tolerancia y legalidad, es responsabilidad de todos, aseguró el titular de la FEPADE, Héctor Díaz-Santana.
Acosur/Redacción.
Para el fiscal electoral la responsabilidad de tener este 1 de julio elecciones en paz y en el marco de la legalidad no sólo es responsabilidad de los órganos electorales, sino de gobernadores, partidos y, sobre todo, ciudadanos.
El titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales, Héctor Díaz-Santana reveló que “para esta elección tenemos un mapa de operación de todas las entidades federativas; el día de la jornada electoral vamos a hacer un despliegue en el que con las fuerzas y la Procuraduría General de la República, desplegaremos 14,000 funcionarios por todas las entidades federativas, que van a estar ubicados en instituciones electorales federales y estatales y en los lugares en los que nosotros podamos”.
Señaló además que el trabajo, para que sea efectivo, tiene que ser transversal y la obligación de una buena elección no es nada más de las instituciones electorales, tiene que ser de ciudadanos, que con responsabilidad emitan su voto y denuncien las prácticas irregulares; tienen que ser gobiernos municipales y estatales, que garanticen la paz social, la gobernabilidad; y los candidatos y partidos tienen que contribuir a una competencia con un lenguaje respetuoso y llamando a la participación responsable.
El sistema electoral mexicano es uno de los más reglamentados del mundo, pero la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral, la Ley General en Materia en Delitos Electorales y todas las normas que se desprenden de ella no son suficientes para garantizar que las próximas elecciones se lleven a cabo sin estridencias, afirma Héctor Díaz Santana, titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade).
No se trata de generar más reglamentación en materia electoral, aunque son perfectibles las ya existentes. Los esfuerzos se deben enfocar en “la forma en cómo se disputa el poder político” en el país y la forma en que los ciudadanos conciben y llevan a cabo las “manifestaciones democráticas” tales como las elecciones.
"Después de todo, afirma el fiscal electoral, “no hay compra del voto si el ciudadano no quiere”.
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